Los motores eléctricos ofrecen un par motor del 100 % para ofrecer una potencia suave y con capacidad de respuesta cada vez que pisas el acelerador. Además, no hay vibraciones del motor y el funcionamiento es casi silencioso. Y en los modelos equipados con e-Pedal, basta con un movimiento para acelerar y frenar: pisa hacia abajo para obtener una ráfaga de potencia instantánea y, a continuación, suelta el pie para reducir la velocidad. Por supuesto, el pedal del freno sigue estando ahí para que puedas frenar cuando lo necesites.

Imagina no tener que volver a parar a cargar combustible. ¡Ahora imagina el ahorro! Y con muchas menos piezas móviles que los motores de combustión interna convencionales, hay menos que mantener. Incluso las pastillas de freno tienen un descanso porque los coches eléctricos utilizan el motor para reducir la velocidad, lo que reduce el desgaste.

Los coches eléctricos no tienen motores de gasolina, lo que significa que no consumen absolutamente nada de gasolina y no producen emisiones de escape. Así que adelante, disfrute de kilómetros y kilómetros de conducción sin emisiones de escape.